Es una enfermedad viral transmitida por el mosquito Aedes Aegypti.

El contagio se produce cuando un mosquito infectado pica a una persona. Al mismo tiempo, si otro mosquito Aedes pica a una persona con dengue y este pica a otra persona se transmitirá la enfermedad. No se contagia de persona a persona.

El mosquito necesita de agua y recipientes para reproducirse. Por eso debemos evitar su proliferación.

– Eliminá todos los recipientes que tengas en desuso y que puedan acumular agua: botellas, tapitas, latas, neumáticos, entre otros.
– Colocá boca abajo baldes y palanganas.
– Tapá herméticamente tanques y depósitos de agua.
– Lavá y cepillá periódicamente bebederos de animales, rejillas, canaletas, floreros, paredes de piletas.
– Mantené limpios y desmalezados patios, jardines y canteros.

– Usá repelentes para estar al aire libre y renovalo según lo que indique el frasco de tu producto.
– Colocá tabletas en habitaciones o espirales al aire libre.
– Cubrí tus brazos y piernas con ropa clara.
– Colocá mosquiteros en ventanas y utilizá ventiladores (si está dentro de tus posibilidades).
– Cubrí cochecitos y cunas con tules.

Fiebre alta, superior a 38.0° C acompañada por:

»Dolor de cabeza y/o detrás de los ojos.
»Dolores musculares intensos
»Falta de apetito y/o cansancio intenso.
»Manchas rojas o sarpullido en el cuerpo, que puede picar.

Si comenzás con los siguientes síntomas es importante que recurras lo más pronto posible al médico.

»Dolor abdominal intenso o continuo.
»Mareo o desmayo.
»Vómitos persistentes.
»Sangrado de encías o nariz. O presencia de sangre en vómitos, heces u orina.
»Intranquilidad o irritabilidad.
»Somnoloencia.

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